La vigilancia de la salud juega un papel muy importante dentro de la prevención de riesgos laborales, sin embargo, en muchas ocasiones no se tiene un conocimiento profundo de lo que la vigilancia de la salud engloba y supone.
La Vigilancia de la salud es esencial a la hora de poder actuar a tiempo y evitar que la salud de las personas trabajadoras se vea resentida por los riesgos laborales de su puesto de trabajo. Su función es vigilar y realizar un seguimiento de cada persona trabajadora para controlar y evitar que esos riesgos específicos inherentes a su actividad laboral le lleguen a afectar.
En primer lugar para que la vigilancia de la salud sea eficiente debe vigilar los riesgos y mantenerlos controlados, para ello tiene que identificarlos y conocerlos en profundidad. Debe hacer frente a los riesgos específicos y concretos que ese tipo de trabajo puede conllevar y centrarse en vigilarlos de una forma focalizada no generalista.
No se trata de hacer reconocimientos generales de salud, sino de analizar, investigar y controlar los efectos que ese tipo de actividad puede generar sobre la salud de las personas trabajadoras, para que cuando pueda haber algún problema o afectación se pueda detectar, tratarse y paliarse aplicando todas las medidas precisas.
Debe conocer los riesgos higiénicos, ergonómicos y psicosociales que pueden afectar a la salud de las personas trabajadoras que ocupan ese puesto de trabajo concreto y realizan esas actividades. De esta forma se pueden detectar los problemas a tiempo y actuar cuanto antes.
Su papel también consiste en investigar si las enfermedades nuevas que van apareciendo en las personas trabajadoras pueden estar relacionadas con un mismo colectivo y estar derivadas del tipo de trabajo que realizan. También deben de controlar y comprobar si las medidas preventivas aplicadas son verdaderamente efectivas para evitar el daño a la salud de los trabajadores o hay que implementar cambios y mejoras.
Para la detección de problemas y la mejora de las condiciones de trabajo se fomenta la coordinación entre las áreas técnica y sanitaria de los servicios de prevención. Ya que mejora la especificidad de las evaluaciones de riesgos, herramienta fundamental en la identificación de riesgos, para que luego se pueda realizar una adecuada vigilancia posterior de los mismos.
