Después de un año del inicio de la crisis sanitaria y de la adopción extendida del teletrabajo, los empleados ya muestran signos de agotamiento y de menor productividad por la distancia física con sus compañeros
La pandemia ha acelerado la penetración del teletrabajo en muchas empresas en España. No obstante, después de un año del inicio de la crisis sanitaria y de la adopción extendida de esta forma de trabajo, los empleados ya muestran signos de agotamiento y de menor productividad por la distancia física con sus compañeros. Por ello, cuando vuelva la normalidad, el 80% de los trabajadores quiere que la oficina sea su principal lugar de trabajo al menos tres días a la semana. Así se desprende del estudio “Un año de teletrabajo”, elaborado por CBRE y en el que han participado más de 2.300 empleados españoles de empresas de diferentes sectores. Adjuntamos su texto completo.
Este análisis, cuyo principal objetivo es analizar el impacto del teletrabajo en los empleados y sus expectativas de futuro en cuanto a la vuelta a la oficina, muestra la preferencia de los trabajadores por un modelo híbrido cuando vuelva la normalidad, compaginando un mayor tiempo de trabajo en la oficina con algún día de teletrabajo. Según los resultados, el 28% de los encuestados quiere trabajar desde la oficina los cinco días de la semana, seguido por otro 29% que iría a la oficina tres o cuatro días y un 23% que optaría por dos o tres días. Por el contrario, solo un 14% quiere teletrabajar cuatro o cinco días.
El estudio pone de relieve también cómo el teletrabajo ha supuesto una novedad para muchos trabajadores, ya que el 85% de los encuestados tenía experiencia limitada teletrabajando o nunca lo habían hecho. Por otro lado, un 50% de los trabajadores reconoce tener, con el teletrabajo, una menor interacción con sus compañeros. La distancia con los compañeros y clientes (35%), la situación del hogar (26%) y la tecnología y el equipamiento (22) son los principales motivos de ineficiencia.
Según el informe, el 61% de los empleados sería partidario de usar oficinas satélite o espacios de coworking. En este sentido, Galobart comenta que “en un entorno cada vez más cambiante, los espacios flexibles u oficinas satélites se perfilan como una alternativa interesante para muchas empresas y buscarán localizaciones cercanas donde se localicen los clientes y los empleados”. Al mismo tiempo, para responder a esa necesidad de relación e interacción que manifiestan los empleados, añade que “las empresas buscarán edificios que les acerquen a sus empleados y refuercen la imagen y la cultura de la empresa, espacios flexibles y funcionales que fomenten la conexión entre las personas, al servicio de la innovación y la productividad, que aúnen tecnología, servicios, cuidado de la salud y el bienestar de los empleados sin olvidar aspectos como la sostenibilidad.”
Los empleados valoran vivir cerca de sus lugares de trabajo
Otro factor relevante en la vuelta a la oficina es la cercanía del lugar de residencia con el del trabajo. Según una encuesta realizada entre los empleados de CBRE España, un 81% volvería a trabajar los cinco días de la semana en la oficina si estuviera a menos de 15 minutos andando de su residencia, ya que para el 66% de los empleados de la compañía sus domicilios están a más de 20 minutos de la oficina.
En este sentido, Xavi Güell, director de la oficina de Barcelona y responsable de la iniciativa Fractal comenta: “estos datos demuestran que el commuting, que hasta ahora no se había tenido en cuenta a la hora de definir las ubicaciones de oficinas, jugará un papel decisivo. Va a haber un cambio de paradigma, las empresas irán donde esté el talento y, para eso, será necesario tener en cuenta dónde viven los empleados, así como las diferentes opciones de movilidad”.
En esta misma línea, el 80% de los empleados encuestados afirmaron que el impacto en su calidad de vida mejoraría de forma sustancial si el trayecto entre su hogar y la oficina se redujera a 15 minutos. “La movilidad y la flexibilidad serán esenciales para los empleados en la vuelta a la oficina. Además, ahora entra en juego otra derivada que también gana peso: la sostenibilidad. Las empresas ya pueden conocer la huella de carbono de sus empleados en el commuting; por eso, a partir de ahora a través de soluciones como Fractal, ya no solo podrán conocer cuál es la ubicación que más interesa en términos de desplazamiento, ahora también podrán conocer el impacto que tendrá en el medioambiente en la selección de un activo”.
Impacto del teletrabajo en el día a día
Este estudio también analiza los efectos y la visión del teletrabajo en otras categorías como: entorno y equipamiento, rutina y efectividad, salud y conciliación. El 17% considera que no tiene el entorno necesario para teletrabajar de manera efectiva. De hecho, el principal reto que representa a un 25% de los encuestados es la ausencia de una estancia diferenciada. Con relación al equipamiento y material, el 23% de los empleados afirma no tener el equipamiento necesario para trabajar de forma efectiva. El monitor y el teclado son los elementos que por lo general más se echan en falta.
Otra categoría analizada en el estudio de CBRE ha sido la rutina y efectividad del teletrabajo, destacando que el 68% de los encuestados reconoce trabajar más desde casa, siendo la media una hora diaria más de trabajo. Por otro lado, al 60% de los empleados el teletrabajo les ha supuesto un aumento en el número de reuniones, este incremento se acentúa en las empresas del sector inmobiliario y en las empresas energéticas.
Por último, el estudio aborda temas fundamentales como la salud y la conciliación destacando que, el 50% de los empleados encuestados reconoce tener un impacto positivo en la salud. De hecho, el 72% de los encuestados creen que el teletrabajo permite hacer los descansos necesarios. Únicamente para menos del 15% de los encuestados el teletrabajo tiene un impacto negativo en el equilibrio entre trabajo y vida personal, siendo los más afectados los que viven en pareja o con hijos pequeños.
Fuente: RRHHdigital